Los neumáticos son el único punto de unión del vehículo con el asfalto y la suspensión es la encargada de mantenerlos en contacto con el suelo en todo momento

El principal problema que existe con los amortiguadores de los automóviles es que su desgaste (salvo defecto de fabricación o impacto) es muy progresivo y el conductor se va acomodando poco a poco al empeoramiento de su rendimiento, de modo que no percibe que su coche cada vez funciona peor. Sólo cuando instala unos nuevos amortiguadores es consciente, de manera instantánea, de la diferencia de comportamiento y de lo que significa circular con la suspensión desgastada.

  

Por debajo del 70% del rendimiento de los amortiguadores, empieza a aumentar de forma peligrosa el riesgo cuando conducimos. Las distancias de frenado se alargan hasta en un 50% y el riesgo de aquaplaning (el coche flota sobre la película de agua en el asfalto mojado) aparece a velocidades mucho más bajas.

Además, los sistemas de seguridad activa como el ABS y el ESP funcionan de forma errática. En el caso del ABS, las ruedas se despegan del asfalto al no ser absorbida la energía de los rebotes del muelle por el amortiguador. Cada vez que la rueda se despega del asfalto mientras frenamos, ésta se bloquea. El ABS detecta el bloqueo y libera presión de los frenos, lo que provoca que el coche apenas frene, aunque pisemos con todas nuestras fuerzas el pedal.

El control de estabilidad tampoco es capaz de corregir la trayectoria correctamente, ya que necesita transmitir la fuerza de frenado de cada rueda para enderezar el vehículo. Si la rueda pierde contacto con el asfalto, no sirve de nada que el ESP la frene.

Dependiendo del uso del vehículo, la carga que solamos llevar en él y el tipo de asfalto por el que circulemos (curiosamente es en ciudad donde más se desgastan por el efecto de los pasos de cebra elevados, bandas reductoras de velocidad, tapas de alcantarilla, zonas adoquinadas, etc.), la vida media de un amortiguador en buen estado está entre los 70.000 y los 100.000 km.

Los principales riesgos que asumimos al circular con unos amortiguadores en mal estado son:

  • Mayores distancias de frenado.
  • Mayor riesgo de aquaplaning.
  • Menor agarre en curva.
  • Frenada inestable.
  • Menor rendimiento de sistemas de seguridad como el ABS o el ESP.
  • Mayor desgaste de los neumáticos.
  • Pérdida de confort, los continuos movimientos de la carrocería provocan mareos a los pasajeros.
  • Riesgo de avería. En casos extremos puede llegar a romperse el amortiguador.
  • Envejecimiento prematuro del chasis y órganos mecánicos. Debido a los movimientos tan bruscos, se producen desajustes en piezas del salpìcadero, paneles de puerta...así como mayor desgaste en las rotulas de dirección, trapecios, etc.

Si tienes dudas del estado de tus amortiguadores, en Jelicanin Motorsport te ayudamos!!  Acercate y te asesoramos.

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